DESPIERTA DEL PESADO
SUEÑO EN EL QUE TE HAN HECHO CAER
Jesús dijo: “en la
catedra de Moisés se sientan los Escribas y los Fariseos, así que todo lo que
os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; más no hagáis conforme a sus obras,
porque dicen y no hacen”. El llamado aquí es no hacer conforme a sus obras, porque simplemente había un
divorcio entre lo que se hacía y se
decía. Estos Escribas y Fariseos por lo menos decían lo correcto, decían la
verdad, su gran problema estaba en llevar una vida hipócrita, una vida sin
obras.
Lo anterior era el
lamento del Señor, carecían de haceres. Hoy, a dos mil años de esas palabras, tendríamos que decir; no digan lo que ellos dicen y
no hagan lo que ellos hacen. Tenemos un serio problema frente a nuestras
propias narices, tenemos profetas sordos, maestros sordos y pastores sordos que
han dejado de oír al Señor, éstos no distinguen las palabras del Señor, pervirtieron
el evangelio enseñando mentiras, dicen: así ha dicho el Señor…, y el Señor no
ha dicho nada. Lo triste es que la llamada “iglesia” aplaude, se ríe, se llena
de efervescencia y al mismo tiempo de hunde más y más en su pobreza espiritual.
¡Aludido pueblo de
Dios despierta de tu pesado sueño en el que te han hecho caer!, ¡resetéate!, en
otras palabras arrepiéntete y humíllate delante del Señor. Esto no será fácil,
llegarás a pensar que el equivocado eres tú y que los apóstoles de la mal
llamada y tergiversada prosperidad son los nuevos reformadores de este siglo
con la nueva revelación que no tenían los hermanos del primer siglo. Quiero
decirte que la verdadera reforma comenzó hace dos mil años!. Cristo vino a
reformar todas las cosas.
Nuestros primeros
hermanos conocían de esta reforma, sabían que en Cristo se ponía término al
antiguo pacto, se les había revelado el Mesías prometido. El pacto antiguo
tenía su fecha de vencimiento y con la venida del Señor comenzó el periodo de
la gracia pero muy pocos enseñan del Nuevo Testamento, a los falsos profetas
les conviene combinar lo antiguo con lo nuevo, de esta manera articulan sus
doctrinas de demonios diluyendo las verdades del nuevo pacto.
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