No me diga hermano, yo soy su pastor
Quisiera dedicar estas letras a los llamados Hermanos en
Cristo, a todos aquellos que aprecian esta herencia de ser llamados “Hermano”. Tengo un solo motivo para escribir
acerca de los llamados Hermanos, y es la reivindicación de esta palabra, y
poder así encontrar el carácter y la trascendencia Familiar del amado cuerpo
del Señor.
Empezaré recordando algunas de las frases de los titulados pastores; no me diga hermano, yo soy
su pastor; yo no soy un simple hermano, yo soy el ungido de jehová; estoy
estudiando para ser pastor; yo soy un simple hermano, no soy pastor. Déjenme
decirles que existen más frases como estas, pero no quiero abusar de la
ignorancia, que se hace evidente por la falta de conocimiento de las sagradas
escrituras. He visto en estos últimos años, como han proliferado los
hambrientos de poder, de estatus, de fama y de reconocimiento, sin ir mas
lejos, esta podrida llanura se encuentra en el corazón humano, así que, no hay
que mirar tan lejos lo que se encuentra tan cerca. Hoy en día nos parecen
estimulante los títulos, ya sean de las Iglesias con una gran vitrina de
nombres, o de los Hermanos que quieren pegarse un Don luminoso en la frente que
diga: yo soy apóstol, yo soy pastor, yo soy profeta etc. al parecer la Iglesia
no ha dimensionado el valor de ser llamado Hermano. En el período del antiguo
testamento, los padres judíos le llamaban a su primer hijo: Primogénito, es así
que los padres tenían la responsabilidad de comunicarle a su hijo toda la ley de
Dios. De pequeños eran instruidos para heredar este conocimiento, a fin de que
cuando fuesen adultos, traspasaran como Primogénitos a sus Hermanos menores
todo lo heredado, es decir, el Primogénito era el Hermano mayor de sus Hermanos.
Todo esto del antiguo pacto, es sin duda una maqueta, un modelo que pronto
daría a luz.
Romanos 8; 29 dice: para que Él sea el Primogénito entre
muchos Hermanos, en otras palabras, el Señor Jesús ha venido a ser el primero
como Hijo de Dios y nosotros hemos venido a ser Hermanos menores del Señor, es
así como entendemos que Cristo es nuestro Hermano mayor, pero no solo eso,
Hebreos 2; 17 nos dice que vino a ser semejante a sus Hermanos y estos somos
nosotros. Por lo cual
el Señor no se avergüenza de llamarnos HERMANOS, Hebreos
2; 11. Y como si fuera poco, en Hebreos 2; 12 El Señor en medio de la
congregación, es decir entre sus Hermanos, se levanta sin títulos, para alabar
a su Padre, teniendo el Señor todos los dones reunidos en Él, no se levanta
como pastor siendo pastor, no se levanta como apóstol siendo apóstol, no se
levanta como evangelista siendo evangelista, no se levanta como maestro siendo
maestro, no se levanta como profeta siendo profeta, ¿Cómo se levanta el Señor
en medio de la congregación donde se encuentran sus Hermanos?, Se levanta como
un sencillo Hermano, que nos quiere heredar la riqueza de su humildad, que nos
enseña cómo debemos alabar al Padre entre los hermanos. Esta es la herencia de
Primogénito Hijo de Dios, pero la arrogancia humana no se conforma con ser un
sencillo Hermano. Queremos agregarle títulos ministeriales, ya que por esta manera de pensar, se ejerce dominio y
autoridad sobre nuestros Hermanos, es por esto que resulta tan codiciable ser
llamado pastor, apóstol, profeta etc. No comprendo por qué tenemos que llamarle
pastor, al que es nuestro Hermano, me resulta abusiva e impositiva esta
herencia clerical. Pero nacerá de manera inmediata este pensamiento ¿y usted
Hermano a quién se sujeta? Primero, como cuerpo de Cristo, tenemos que estar
TODOS SUJETOS a Cristo sin acepción {asidos de la cabeza la cual es Cristo} y
esto incluye todos los miembros de su cuerpo; en segundo, lugar las escrituras
enseñan que debemos sujetarnos unos a otros, esto incluye y no excluye a lo
pastores o ministerios independientes, es así que, de esta manera el Señor nos
enseña que hay un solo Padre y todos
nosotros somos HERMANOS, lea por favor Mateo 23; 8 al 12. Personalmente creo en
los dones que el Señor derramó sobre su Iglesia, pero no creo que debamos poner
estas habilidades por sobre nuestros Hermanos ya que el cuerpo de manera
natural distingue quien es quien.